Las indicaciones geográficas constituyen un sistema de diferenciación y de reconocimiento de una calidad superior como consecuencia de unas características propias debidas al medio geográfico en el que se elaboran los productos y a la influencia del factor humano que participa en los mismos, como es el caso de la Indicación Geográfica Protegida Cordero Manchego. No obstante, esta diferenciación no parece resultar suficiente para incrementar el consumo de carne de cordero y por ello, parece conveniente analizar otros elementos diferenciadores complementarios que puedan favorecer su consumo. Con el objetivo de detectar esos otros elementos, se ha realizado un análisis multivariante de las preferencias mediante muestreo a 421 consumidores de carne de cordero en Castilla-La Mancha. De los resultados obtenidos se desprende que el consumidor de Castilla-La Mancha sigue basando su consumo de carne de cordero en el origen y tipo de carne, más que en el distintivo ecológico, pudiendo llegar su máxima disposición al pago por carne de cordero ecológico hasta un 38,45% más respecto a la carne de producción convencional. Como estrategia de comercialización se propone que se incorpore el sello ecológico a la carne de cordero ternasco actuando como elemento diferenciador respecto a la carne de cordero lechal, que es la preferida.