Al finalizar el período activo de una vida profesional completamente dedicada a la investigación aplicada, enfocada a una línea de trabajo concreta, parece bastante conveniente realizar un análisis de la situación en la que se encontraba este campo al principio, en el momento de mi incorporación al mismo, y la evolución que ha experimentado hasta este momento.
Esta mirada restrospectiva permite un reconocimiento completo de las contribuciones que a través del propio trabajo personal y a través de la participación en equipos especializados en distintos aspectos de la misma especie han conducido a los avances alcanzados.
Este análisis parece muy interesante porque:
● Ofrece la perspectiva de la evolución de un sujeto al que uno ha dedicado su vida profesional desde el punto en el que uno ha empezado su participación en las actividades.
● Permite realizar una autocrítica sobre:
La propia sensibilidad para conectar con el sector y entender y captar sus problemas.
La propia imaginación para investigar las soluciones apropiadas.
La aptitud personal para conectar y cooperar con otros que, trabajando en distintos aspectos de la misma especie, pudieran ofrecer contribuciones complementarias.
La realización de un resumen organizado de las actividades en las que uno ha intervenido y sus consecuencias, positivas o negativas, es una de las cosas que, durante los años de duro trabajo, muy pocos investigadores pueden llevar a cabo porque no se encuentra nunca ni el tiempo ni la serenidad necesarios para dedicarse a ello.
Durante 35 años, el autor ha dedicado muchas actividades enfocadas principalmente al estudio del material vegetal del almendro y a su comportamiento. Estos estudios se han dirigido a los dos componentes: cultivares y patrones. Con esta contribución se pretende exponer en un orden cronológico las actividades en las que he participado como miembro de varios equipos.
En cada momento, los problemas del sector así como las posibilidades materiales de las que se podía disponer y la composición de los diferentes equipos humanos, han inclinado el balance hacia uno u otro de los componentes antes mencionados (cultivares o patrones), pero siempre he mantenido como referencia la necesidad de colaborar en la búsqueda de métodos para resolver o reducir los problemas encontrados en el camino.
Esta participación en varios equipos ha permitido ofrecer al sector diversas informaciones relacionadas con las técnicas y los métodos que han conducido a la mejora y la regularización de la producción mediterránea del almendro. La oferta resultante incluye también algunos nuevos cultivares autógamos y varios patrones, todos ellos más eficientes y adaptados a nuestras condiciones de suelo y clima.
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